La versión de su navegador no está debidamente actualizada. Le recomendamos actualizarla a la versión más reciente.

-          Problemas relacionados con la ansiedad:

  • sensación de estrés: sentir que las demandas son excesivas y sensaciones fisiológicas incómodas
  • Ataques de pánico con o sin agorafobia: crisis de gran ansiedad donde uno llega a pensar que puede morirse o perder el control. En ocasiones por miedo a que se repitan uno deja de hacer gran cantidad de actividades.
  • Fobias: miedos irracionales a afrontar ciertas situaciones. Miedo a conducir, volar, animales, sangre, situaciones sociales, etc.
  • Estrés postraumático: flashbacks, pesadillas, ansiedad elevada permanente, insomnio, evitación de ciertas situaciones, tras haber sufrido una situación percibida como traumática (agresión, abuso sexual, muerte cercana, catástrofe natural, accidente de tráfico, etc.)
  • Trastornos obsesivos-compulsivos: obsesiones irracionales que provocan un gran agotamiento cognitivo e intentos de eliminarlos a través de ciertos rituales (o manías): limpiar, contar, comprobar, etc.

-          Problemas relacionados con el estado de ánimo:

  • Depresión o estados de ánimo bajo: tristeza persistente, falta de energía, cansancio, falta de ilusión, etc.
  • Trastorno bipolar: alternancia de fases depresivas con fases maníacas (excesiva alegría y energía sin percepción del riesgo)

-          Trastornos de la conducta alimentaria:

  • Obesidad: engordar y no poder mantener una dieta ni hábitos alimenticios y deportivos saludables.
  • Atracones. Ingesta compulsiva de alimentos en cortos periodos de tiempo.
  • Anorexia y bulimia: excesiva preocupación por el cuerpo, por no engordar o adelgazar, llegando a controlar muchísimo la ingesta de alimentos y la realización de actividades como el deporte excesivo, toma de laxantes, vómitos autoinducidos, etc. En la bulimia se dan también atracones y vómitos como mecanismo compensatorio.

-          Adicciones: conductas dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Las personas sienten que no controlan su conducta y son esclavas de la misma pudiendo tener graves consecuencias físicas, personales o sociales. Las más frecuentes son las adicciones a las drogas, sexo, juegos, tecnología o a personas (dependencia patológica)

-          Dificultad en establecer relaciones positivas y sanas: dificultad para hacer y mantener amistades y/o relaciones familiares o de pareja equilibradas y satisfactorias para ambas partes. Muchas veces la manifestación más habitual es la soledad o las relaciones de dependencia patológicas (aunque no son felices se quedan enganchadas durante mucho tiempo en una pareja y no son capaces de cortar con ellas).

-          Problemas de pareja. Las parejas estables pueden atravesar momentos de crisis en los que parece que la armonía y el amor se desvanecen y aparecen insatisfacciones y peleas frecuentes. En muchas ocasiones, si hay una buena base, se pueden transformar dichas relaciones y volver a ser felices y satisfactorias para ambos miembros de la pareja. En otras ocasiones no es posible pero se puede llegar de forma madura y consensuada a la decisión de la separación.

-          Problemas sexuales. En ocasiones la sexualidad en vez de motivo de disfrute y comunicación con su pareja, puede convertirse en una pesada carga y fuente de ansiedad y de conflicto. La impotencia, la eyaculación precoz, el vaginismo o simplemente la falta de ganas suelen ser los problemas más habituales en esta área. El secretismo, la no comunicación y la vergüenza suelen empeorar y cronificar el problema.

-          Problemas de autoestima. Es un elemento central en muchos de los trastornos. La persona tiene un sentimiento de poca valía personal, siente que los demás son mucho mejores que uno mismo y tiende a autolimitarse y autocensurarse.

-          Fibromialgia, dolor crónico o fatiga crónica. Las causas son variadas pero en muchas ocasiones puede haber factores psicológicos en el origen o mantenimiento de los mismos. A veces el dolor corporal es la expresión de un dolor emocional y la percepción del dolor tiene un componente subjetivo importante que puede ser trabajado también desde la psicología.

-          Otros problemas psicosomáticos. A veces el cuerpo somatiza (o expresa) problemas de otro tipo, generalmente ansiedad. Problemas de piel, estómago, asma, calvicies repentinas, pueden tener causas psicológicas.

-          Problemas relacionados con el sueño. Esta área es una de las más sensibles a cualquier otro problema, viéndose afectada como consecuencia de los mismos. Otras veces es sólo cuestión de malos hábitos adquiridos que pueden resolverse de forma sencilla. El insomnio, las pesadillas o alteraciones en el patrón del sueño-vigilia son los más habituales.

-          Problemas relacionados con el control de los impulsos. Frecuentemente asociados al descontrol de la ira. Se producen ataques de enorme agresividad teniendo consecuencias en los demás y en uno mismo.

-          Procesos de duelo. Ante pérdidas (enfermedades, trabajo, pareja, etc.) o muertes de seres queridos es necesario pasar el duelo. En algunas ocasiones este duelo no se puede realizar adecuadamente y se prolonga o se aplaza más de lo deseable, provocando gran sufrimiento en la persona que lo vive y en sus allegados.

-          Dificultades en la educación de nuestros hijos. Los hijos no nacen con un manual de instrucciones bajo el brazo, por lo que en ocasiones la educación, la puesta de límites y la atención de las necesidades de nuestros hijos se convierte en una gran dificultad donde uno se siente perdido y no sabe cómo actuar adecuadamente con ellos. Nuestras propias dificultades personales, nuestras carencias afectivas en la infancia o nuestro nivel de expectativas puede contribuir  a que no seamos capaces de interactuar, educar y querer suficientemente bien a nuestros hijos.

-          Trastornos de la personalidad: es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el sujeto. Los más conocidos son el paranoide (desconfianza patológica hacia todo el mundo) y el límite (alternancia entre amor-odio con determinadas personas, ataques de ira, autolesiones, cambios de humor bruscos)

-          Trastornos psicóticos. En este caso se produce una alteración de la percepción de la realidad y la persona no es capaz de diferenciar bien lo que es realidad de fantasía. La esquizofrenia es el trastorno más conocido donde suele producirse una afectación importante en muchas áreas de su desarrollo psicosocial. La dificultad en las relaciones, problemas en la afectividad, alucinaciones (percepciones de sonidos, imágenes o sensaciones que no existen en la realidad) y delirios (creencias totalmente irracionales que la persona da por ciertas sin serlo) son algunos de los síntomas posibles. Aunque la medicación es el principal tratamiento, la psicoeducación y el tratamiento de posibles traumas subyacentes (en el caso de existir) pueden mejorar algunos de los síntomas.

Esta división no pretende ser exhaustiva sino sólo didáctica, tratando de explicar la enorme complejidad de problemas y trastornos posibles por los que una persona puede necesitar atención psicológica. Además, una persona puede presentar varios de estos problemas y muchos de ellos pueden ser a su vez secundarios o derivados del problema principal. Problemas como la ansiedad, la autoestima baja, la tristeza y dificultades en las relaciones sociales están presentes en muchos de los trastornos.

Nosotros sabemos tratar muchos de estos problemas pero desgraciadamente (aceptamos nuestras limitaciones) no sabemos de todo, así que si pensamos que no somos capaces de ayudarte te lo diremos sinceramente y trataremos de derivarte a otros profesionales que puedan ayudarte mejor.